Los fuegos artificiales vienen de la antigua China. En aquella época eran mucho más aburridos y no presentaban las mismas explosiones de color que en la actualidad. Este cambio se produjo poco antes de la Revolución Industrial, cuando se empezó a mezclar la pólvora con otros materiales que les daban tonos coloridos. De este modo, con carbonato de litio se obtiene rojo; con cloruro de calcio, el naranja; con hierro y carbón, el dorado; y con cloruro de bario, el verde.
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