El origen de este peculiar chasquido es la unión del fuego y del agua. Al arrojar un leño al fuego, se evapora el agua contenida en el exterior de la corteza. Al evaporarse el agua, los elementos sólidos empiezan a contraerse, comprimiendo el agua del interior de la madera. Cuando está tensión es lo bastante fuerte la capa exterior se raja para seguir contrayéndose. Esto produce un leve crujido. La parte interior queda expuesta al fuego y se convierte en capa exterior, y así sucesivamente. El chasquido más fuerte se produce cuando el agua que está tan profunda dentro de la madera no se puede escapar, pese a haberse convertido en gas. Como el vapor de agua tiene más volumen que el agua, aumenta la presión y cuando se produce un grieta en la madera, éste se libera con una pequeña explosión.
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