La fiebre es un síntoma que nos afecta en muchas ocasiones. No es una enfermedad, pero es síntoma de muchas de ellas. Consiste en la elevación corporal por encima de los 37ºC, que nos indica que algo en nuestro cuerpo no va bien. Se produce porque el organismo mantiene una temperatura constante gracias a la parte del cerebro que hace funciones termorreguladoras, el hipotálamo, nos avisa de que se produce una anomalía que hay que solucionar aumentando la efectividad de los glóbulos blancos o ahorrando energía. Por eso la fiebre, además, no obliga a entrar en un estado letárgico, para poder ahorrar fuerzas y descansar hasta que el cuerpo recupere su estado óptimo.
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