El color de un líquido transparente depende de la cantidad a través de la que se mire, por eso cambia el color del mar con su profundidad. Una gota de cerveza parece que no tiene color, un vaso tendrá un color que oscila entre el café oscuro y el ámbar, y un recipiente del tamaño de un barril tendrá un color rojo. Vemos blanca la espuma porque cada burbuja contiene bióxido de carbono. La luz que llega al ojo no atraviesa suficiente cantidad de cerveza como para que la veamos amarilla (no tiene tiempo de cambiar de color). En un mar de cerveza, la luz acabaría cambiando a negro. Pero, aún así, la espuma seguiría siendo blanca por la misma razón.
Las verdaderas respuestas insólitas, pero indiscutibles sobre el mundo.
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