La ropa no abriga por sí misma, sino por ser capaz de retener aire en pequeñas cámaras que impiden la pérdida de calor. Por ello, si el algodón es más fresco que la lana es simplemente porque la textura de éste tejido es más capaz de retener la del aire que la de aquél. Cuanto más apretada sea la textura de una prenda, menos calor dará. Por ello, tejidos esponjosos como la franela se sienten más cálidos que tejidos lisos como el satín.
Las verdaderas respuestas insólitas, pero indiscutibles sobre el mundo.
Comentarios
Publicar un comentario