El agua de mar tiene aproximadamente un 3% de sal, mientras que los riñones no pueden producir orina con una concentración de sales superior a un 2%, por lo que se verán obligados a retirar agua de nuestro cuerpo para diluir el contenido extra de sal y ello nos hará sentir más sedientos. Tendríamos que expulsar por la orina más líquido del ingerido, y para ello lo extraeríamos de nuestros propios tejidos con la consecuente deshidratación.
Las verdaderas respuestas insólitas, pero indiscutibles sobre el mundo.
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