La goma no borra el rastro del lápiz, es decir, no lo hace desaparecer. Realmente se lleva ese rastro consigo.
Cuando escribimos con un lápiz el carbón de la mina se queda fijado al papel a causa de la fuerza de adhesión. Para romper esta adhesión, las gomas utilizan un truco: el material con el que están fabricadas tiene una mayor fuerza de adhesión que el papel, por lo que tira el carbón hacia sí. Además, la sustancia base de la goma está mezclada con azufre y aceites vegetales que ayudan a eliminar las partículas de suciedad. Todo ello causa que, al borrar, el carboncillo se quede pegado a los minúsculos pedazos de goma que se desprenden, dejando el papel sin trazo.
Esto no funciona con la tinta de bolígrafo por ser mucho mayor la fuerza de adhesión entre la tinta y el papel. En este caso lo que hacen las gomas es levantar y desgarrar la capa más superficial del papel mediante los minúsculos trozos de metal que llevan en su interior.
Cuando escribimos con un lápiz el carbón de la mina se queda fijado al papel a causa de la fuerza de adhesión. Para romper esta adhesión, las gomas utilizan un truco: el material con el que están fabricadas tiene una mayor fuerza de adhesión que el papel, por lo que tira el carbón hacia sí. Además, la sustancia base de la goma está mezclada con azufre y aceites vegetales que ayudan a eliminar las partículas de suciedad. Todo ello causa que, al borrar, el carboncillo se quede pegado a los minúsculos pedazos de goma que se desprenden, dejando el papel sin trazo.
Esto no funciona con la tinta de bolígrafo por ser mucho mayor la fuerza de adhesión entre la tinta y el papel. En este caso lo que hacen las gomas es levantar y desgarrar la capa más superficial del papel mediante los minúsculos trozos de metal que llevan en su interior.
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