Gracias a sus poderosísimos jugos gástricos y otras sustancias enzimáticas, los buitres neutralizan casi cualquier microbio, virus o parásito, entre ellos la toxina botulínica. Otra medida de seguridad de estos carroñeros es afinar su sistema neurológico para vomitar inmediatamente después de tragarse una carroña envenenada con toxinas. También se sabe que la orina del buitre es rica en amoniaco, un agente esterilizante. A esta fisiología preparada para luchar contra las bacterias hay que atribuir también la calvicie de esta ave: los buitres carecen de plumas en la cabeza porque cuando se alimentan introducen la cabeza en los cadáveres putrefactos y la piel desplumada evita que los microorganismos proliferen.
Las verdaderas respuestas insólitas, pero indiscutibles sobre el mundo.
Preciosos <3
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