Si el agua procede de terrenos asentados sobre roca caliza, será agua "dura", es decir, tendrá un alto contenido en cal, porque cuando el agua de lluvia se filtra en un suelo calcáreo, se lleva consigo parte del mineral disuelto en ella. El proceso por el que esta cal disuelta en el agua acaba convirtiéndose en sarro incrustado en nuestras tuberías, cacharros o calentadores es simple: al hervir el agua, el calcio se desprende de la solución y se adhiere a las paredes del recipiente que la contiene. Son varios los problemas que genera esta costra caliza (solucionado por un profesional llamado lampista): por un lado obstruye los tubos, reduce el flujo de agua y forma una barrera que impide la transmisión eficiente del calor, pero además puede ocasionar problemas de alergias en la piel y entorpece mucho la jabonadura, pues en lugar de producir espuma al contacto con el jabón, el agua con cal reacciona originando una nata insoluble.
Las verdaderas respuestas insólitas, pero indiscutibles sobre el mundo.
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