Los quesos que desprenden un fuerte olor suelen hacerlo porque contienen materias podridas en su composición y nuestro organismo está prudentemente preprogramado por la sabia madre naturaleza para rechazar este tipo de alimentos. Pero somos animales culturales y sabemos que los alimentos elaborados cumplen las normas de salubridad y si existe un proceso de putrefacción éste será controlado y limitado. Así nuestro cerebro es capaz de superar la instintiva repugnancia y descubrir que determinados sabores "prohibidos" por la naturaleza resultan fabulosos al paladar.
Las verdaderas respuestas insólitas, pero indiscutibles sobre el mundo.
Me encanta el queso... de hecho, cuánto peor huele, más rico suele estar!!!! Mmm qué hambreeee
ResponderEliminarJajaja. Pero a mi me gustan más las cosas que huelen bien... ¡como las tortitas! Ñam, ñam.
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