El objetivo de la distinción parece haber sido simplemente marcar la diferencia sexual para comunicar a la sociedad el sexo de nuestros hijos en sus primeros meses de vida.
Ya en la Edad Media se consideraba el azul como masculino y el rojo, un color femenino. A partir de la dicotomía de colores azul-rojo se llegó a la de celeste-rosa mediante la purificación de estos colores, añadiendo el blanco para simbolizar las ideas de higiene, pureza e inocencia vinculadas a la infancia.
Ya en la Edad Media se consideraba el azul como masculino y el rojo, un color femenino. A partir de la dicotomía de colores azul-rojo se llegó a la de celeste-rosa mediante la purificación de estos colores, añadiendo el blanco para simbolizar las ideas de higiene, pureza e inocencia vinculadas a la infancia.
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