El envejecimiento es la principal de las causas: conforme nos hacemos mayores, nuestra piel va perdiendo elasticidad y volviéndose más delgada, y las arrugas son resultado de este proceso natural. Pero también existen causas del deterioro prematuro de la piel que está en nuestras manos evitar. Entre ellas destaca el exceso de exposición solar. Otros factores son el tabaco, la contaminación, el estrés y una dieta poco hidratada, con exceso de grasas y carencia de frutas, verduras y alimentos con vitamina C. Pero ¿qué sucede en la piel para que se produzca la arruga? La piel tiene dos capas: la epidermis es la capa exterior; bajo ella está la dermis, donde existe una sustancia fundamental, que constituye la tercera parte de la proteína del cuerpo. Se trata del colágeno. El colágeno es la sustancia que otorga a la piel gran parte de su elasticidad. Con el paso del tiempo, por un proceso llamado polimerización, las moléculas de colágeno pierden agua, resistencia y elasticidad. Además, bajo las dos capas de la piel se extiende una tercera capa de tejido subcutáneo formado en gran parte por grasa. Se trata de una especie de "colchón" entre la piel y los huesos o los órganos internos. Conforme envejecemos, este tejido pierde grasa y no la sustituye, de modo que la piel queda colgando. Cuanto más delgado se vuelve, más profundos son los surcos o pliegues que denominamos arrugas.
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