Porque al aumentar la temperatura se incrementa la agitación molecular, pues la energía térmica se convierte en energía cinética, y como las moléculas de café se mueven más rápidamente es más fácil que se mezclen con las del azúcar.
Llegará un momento en que el café no admitirá más azúcar y el exceso se precipitará en el fondo de la taza. A ese límite lo llamamos "punto de equilibrio de la disolución".
Llegará un momento en que el café no admitirá más azúcar y el exceso se precipitará en el fondo de la taza. A ese límite lo llamamos "punto de equilibrio de la disolución".
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