Es el famoso bochorno...
Antes de una tormenta el aire se halla casi saturado de humedad y se resiste a contener mayor cantidad de agua de la que tiene. Por ello nuestra piel, que produce agua constantemente, no tiene capacidad para librarse de ella con la rapidez acostumbrada. Un medio esencial del cuerpo para mantenerse fresco es evaporar en el aire el agua procedente de la piel. Tras la tormenta, una vez que la lluvia ha limpiado la atmósfera de la mayor parte de la humedad que contenía, el aire vuelve a absorber el el exceso de humedad que mortificaba a la piel y sentimos el ambiente fresco o sea, este bochorno, no se trata de un calor externo o meteorológico, pues no lo registran los termómetros, sino interno o fisiológico.
Antes de una tormenta el aire se halla casi saturado de humedad y se resiste a contener mayor cantidad de agua de la que tiene. Por ello nuestra piel, que produce agua constantemente, no tiene capacidad para librarse de ella con la rapidez acostumbrada. Un medio esencial del cuerpo para mantenerse fresco es evaporar en el aire el agua procedente de la piel. Tras la tormenta, una vez que la lluvia ha limpiado la atmósfera de la mayor parte de la humedad que contenía, el aire vuelve a absorber el el exceso de humedad que mortificaba a la piel y sentimos el ambiente fresco o sea, este bochorno, no se trata de un calor externo o meteorológico, pues no lo registran los termómetros, sino interno o fisiológico.
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